Saul Steinberg |
Hoy he leído una entrevista que le hicieron a Saul Steinberg y le he entendido tan perfectamente, y no por mí, sino por alguien superespecial que es capaz de dibujarte un laberinto y una caca en un mantel, mientras te traen lo que has pedido, y hacer que tu cuartito de niño sea el jardín más bonito del mundo. Cómo me hubiese gustado tener un tío así. Te quiero J.
"El oficio de dibujante satírico, de humorista, es difícil. Sobre
todo porque él debe convertirse en su propio corrector, con el fin de
podar, podar, podar sin cesar. Una pintura, un collage al carbón, un
paisaje, son para mí un placer comparados con el martirio que me impone
la búsqueda de una idea y luego la necesidad de ejecutarla de la manera
menos personal posible, ante el temor de que la imagen no sea accesible
al público. Apenas levantado en la mañana, desde muy temprano, tengo
delante mío un cuaderno y un lápiz y me pongo a dibujar. Entonces, qué
debo hacer ? Si, qué haré ? El desasosiego es total, las ideas me
abandonan…". Saul Steinberg fue dibujante de The New Yorker desde 1942 y durante más de cincuenta años.